l domingo 3 de julio se produjo un grave accidente en los Alpes italianos debido a un desprendimiento en el glaciar de la Marmolada, situado en los Dolomitas (Alpes italianos).

Ante todo resaltar las pérdida humanas, lo cual es sin duda lo más grave; pero, mas allá de esto, ¿Por qué se están produciendo estos fenómenos? Casi al mismo tiempo en los Pirineos, desaconsejaban transitar por el glaciar del Aneto debido al mal estado del mismo. ¿Tanto han subido las temperaturas este año para que suceda esto? Comencemos explicando cómo funciona la dinámica glaciar.
Los glaciares son masas de hielo perennes que fluyen y se deforman por su propio peso y además, reptan por la acción de la gravedad. Por tanto se comportan como agentes dinámicos que no son estables en el tiempo y tienden a evolucionar conforme a las condiciones climáticas de su entorno. Cuando reciben más precipitación (nival) de la que pierden en verano, los glaciares se desarrollan y se extienden hacia el valle (acumulación > ablación).
En cambio, cuando estos pierden superficie en cantidad superior a la que pueden recuperar durante las nevadas del invierno, los glaciares entran en retroceso (acumulación < ablación) y por tanto pierden extensión.
Esto hace que sean muy sensibles y constituyan el primer indicador de cambios climatológicos.

Los científicos utilizan el hielo de los glaciares para entender como era el clima en el pasado. Numerosos estudios aseguran que la mayoría de glaciares están retrocediendo debido al aumento general de las temperaturas. No es raro leer artículos exponiendo el aparente retroceso glaciar, que es fácil de visualizar, si se comparan con fotografías hechas hace veinte o treinta años.
El desprendimiento
Volviendo ahora a analizar el caso de la Marmolada, durante los días previos al suceso se habían registrado 10º C en la cima a 3.343 metros, una cifra poco habitual a esas alturas. Alguno de los guardas de los refugios se había percatado de inusuales sonidos y crujidos del hielo además de un flujo de agua que bajaba del mismo, bastante mayor que en años precedentes. De repente y sin previo aviso una fracción del glaciar (serac) se desprendió arrastrando valle abajo, nieve, rocas y hielo de manera caótica y a altas velocidades (más de 200 km/h).
Para ponernos en contexto los seracs son grandes bloques de hielo que se van desprendiendo del glaciar por efecto de la gravedad. El hielo no es demasiado dúctil por lo que es bastante habitual ver grietas en los glaciares. Cuando estas grietas aumentan y los bloques van ganando inclinación, pueden desprenderse bruscamente arrasando con todo lo que encuentren en su camino.
Una serie de factores parecen haber sucedido al mismo tiempo para desatar este fenómeno poco habitual, al menos de esas magnitudes, y más a principios de verano.
El norte de Italia ha sufrido una fuerte sequía durante 2022, incluso en los meses invernales donde es más común recibir más precipitación. Esta falta de lluvias (y de nieve en cotas altas) ha causado que los glaciares tengan menos cantidad de nieve para afrontar los cálidos meses de verano.
La nieve caída sobre cualquier glaciar actúa como un escudo protector, reflejando parte de la luz solar y derritiéndose ella misma por el efecto térmico. Cuanta más nieve tenga un glaciar más protección poseerá de cara al verano. En caso contrario como ha sucedido este año, la poca nieve acumulada se retira rápido quedando el hielo fósil al descubierto. Esto provoca una fusión acelerada de las partes más bajas, expuestas y con menos grosor del glaciar.

El agua resultante de esta fusión puede filtrarse por las grietas del glaciar y amplificarlas. Parece que este factor ha aumentado la rapidez de la rotura, ya que todo apunta a que ha habido un flujo de agua considerablemente elevado por debajo del glaciar. Además, el agua actúa como lubricante natural favoreciendo las inestabilidades y las roturas. Exactamente pasa lo mismo, por ejemplo con los argayos (desprendimientos), los cuales se producen después de momentos de lluvias intensas.
En la figura 4 podemos ver el frente de rotura en la parte superior del glaciar de la Marmolada donde se ha producido el desprendimiento.

Consecuencias para el futuro
Algunas de las consecuencias inmediatas que se pueden observar de este suceso son las siguientes:
- En la figura 4 se pueden apreciar varias grietas longitudinales justo por encima de la zona de fractura. Esto puede hacer que continúen los desprendimientos del frente glaciar al no existir una masa de hielo que lo retenga (efecto dominó) y tenderá a desprenderse por gravedad.
- Cabe destacar que estamos al inicio del verano y parte del hielo fósil del glaciar ya está al descubierto; si continúan las altas temperaturas el fenómeno de retroceso glaciar se verá amplificado.
- Como medida de control se han instalado aparatos de monitoreo (en la zona de rotura) que detectan cualquier mínimo movimiento del glaciar. Los datos serán recogidos y analizados con el fin de valorar cómo evoluciona la situación.
- La ruta normal a la cima de la Marmolada deberá ser prohibida hasta que la situación se estabilice y el acceso al macizo sea regulado de forma minuciosa para evitar más tragedias.
- Los valles circundantes no verán aliviada su situación de estrés hídrico debido a las escasas nevadas caídas en invierno y por consiguiente no se podrán cubrir los aportes hídricos que necesita el sistema. Puede constituir un grave problema para las próximas cosechas.
Desgraciadamente nuestras montañas y glaciares se están volviendo más peligrosos debido al aumento general de las temperaturas. Desde un punto de vista físico-geológico es normal, ya que su regresión es la respuesta natural al aumento de calor.
No debemos olvidar que el agua es el principal recurso que tenemos y las situaciones de estrés hídrico, por otra parte cada vez más frecuente, afectan a nuestra vida cotidiana de manera más acuciante de lo que jamás hubiéramos pensado. La prudencia, la observación y el conocimiento son las herramientas de las que disponemos para evitar que se repitan situaciones similares.
Autor: Alberto Sánchez Miravalles
Nota del autor: Las hipótesis realizadas en este artículo se basan exclusivamente en los datos obtenidos en las numerosas noticias que se han publicado durante los días posteriores a la tragedia y a observaciones hechas del glaciar con fotografías y mapas dinámicos.