
Imagen 1: Mineral de uranio.
De todos los minerales radiactivos naturales, el más importante, por su abundancia y funciones, es el uranio, que normalmente aparece asociado al torio. El uranio es un elemento químico metálico, de color gris plateado en estado puro, que se encuentra con relativa frecuencia en la corteza terrestre (suelos y aguas). Fue descubierto en 1789 por el físico alemán Martin Heinrich Klaproth (1743-1814), que consiguió aislarlo de la pechblenda y le dio el nombre de un planeta que había sido hallado pocos años antes: Urano, etimológicamente del griego Ouranos y del latín Uranus, dios del cielo. En la tabla periódica, el uranio forma parte de los actínidos, caracterizados por su radiactividad. Su símbolo químico es ‘U’ y su número atómico 92, dado que tiene un núcleo atómico integrado por 92 protones. El uranio es el elemento con mayor peso atómico (suma de protones y neutrones) de todos los que se encuentran en la naturaleza: es aproximadamente 18,7 veces más denso que el agua y 1,78 veces más denso que el plomo. Como todos bien conocemos, el uranio es un elemento ligeramente radioactivo Es decir, al ser inestable, el núcleo atómico del uranio emite radiaciones de varios tipos, regidos por la ley de desintegración radiactiva: alfa (dos protones y dos neutrones), beta (un electrón) y gamma (un fotón), con diferentes niveles de energía, capacidades de penetración y velocidades de desintegración. (Véase periodo de semidesintegración).
Es el número de neutrones el que determina las distintas formas isotópicas del uranio. De sus tres isótopos naturales, el más abundante es el U238 (99,284% en peso), seguido del U235 (0,711%) y el U234 (0,005%). De ellos, el único isótopo fisible, con capacidad para provocar una reacción en cadena de fisión nuclear, es el U235.
El uranio se utiliza como combustible en las centrales nucleares para principalmente, producir energía eléctrica. También tiene aplicaciones en la industria y en la medicina.
El ciclo de vida del uranio comienza con la extracción del mineral y su procesado inicial antes de su conversión para el posterior enriquecimiento y producción de combustible nuclear. Cada una de esas cuatro fases implica complejos procesos extractivos e industriales con largos periodos de maduración que se ven afectados por elementos geopolíticos y geo-económicos. Su cadena de valor se ha ido adaptando a esos elementos, pero dados los plazos manejados por la industria y las fuertes inversiones que requiere, la dependencia de la senda dificulta una rápida adaptación a circunstancias geopolíticas cambiantes como las actuales.
Es posible encontrar yacimientos de U en casi todos los ambientes geológicos: en condiciones metamórficas (más de 800º C, de 5 a 7 kbar de presión), magmáticos, metasomáticos, hidrotermales, diagénesis en cuencas y ambientes superficiales, y se distribuyen desde el Neoarcaico hasta el Cuaternario
Por tanto el uranio se distribuye a lo largo de todo el planeta, no de forma homogénea pero teniendo en cuenta la gran cantidad de ambientes geológicos que pueden contener Uranio, lo importante es conocer los recursos que un país pueda tener. Esto quiere decir, invertir en exploración geológica y minera para conocer los recursos que un territorio pueda tener. Esto no significa para nada la obligatoriedad para extraerlo y abrir una instalación minera, significa tener un potencial recurso catalogado como reserva (recurso conocido y acotado) para quizás en un futuro extraerlo en el caso que sea necesario. Por ejemplo, Estados Unidos hace habitualmente esto con los hidrocarburos de Alaska.

Imagen 2: Mina de uranio en España.
El uranio en la Península Ibérica, debido a sus características geológicas se divide en dos grandes zonas: el macizo hercínico o varisco-ibérico al oeste y el dominio sedimentario de origen continental al este. Los principales yacimientos españoles de uranio se encuentran en el macizo hercínico, en un arco que se extiende por toda la mitad occidental peninsular, desde la Cordillera Cantábrica hasta Sierra Morena (provincias de Lugo, Orense, Zamora, Salamanca, Ávila, Madrid, Toledo, Cáceres, Badajoz, Córdoba, Sevilla y Jaén). Además, existen afloramientos en la zona oriental, especialmente en puntos de la Cordillera Pirenaica y la Cordillera Costero-Catalana. El uranio suele aparecer encajado en granito, pizarras cámbricas y series metamórficas de cuarzo y feldespato, aunque también se han localizado yacimientos en areniscas continentales y lignitos. Estas acotaciones geográficas coinciden con las definidas en el mapa de radiación gamma natural de España, de manera que las principales concentraciones de radiación natural pueden, en gran medida, identificarse con las más relevantes concentraciones de uranio.
El caso de España es curioso, ya que posee unas de las mayores reservas de uranio de la UE, solo por detrás de Francia, pero estas reservas no se extraen. Estas reservas podrían cubrir la demanda nacional y así evitar depender de las importaciones de terceros países. Sin embargo, actualmente España importa casi todo el uranio que necesita de Rusia (38,7 %), Canadá (22,3 %), Níger (19,5 %), y Kazajstán (11 %). En menor medida también importa pequeñas cantidad de Namibia y Uzbekistán.

Imagen 3: reservas mundiales de uranio (identificadas y recuperables).
Precisamente son algunos de estos países los que tienen las mayores reservas de uranio a nivel mundial. Como se puede apreciar en la foto anterior, las mayores reservas (recuperable) de fuentes de uranio fueron en Australia, Kazajstán, Canadá, Rusia, etc.
Si bien es cierto que hace unos años podía no ser rentable la explotación de las minas españolas, esto ha día de hoy ha cambiado ya que el precio del uranio ha aumentado considerablemente.
* Periodo de semidesintegración: tiempo necesario para que la mitad de los átomos de una sustancia radiactiva se desintegren, y la actividad de la misma se reduzca a la mitad de su valor inicial. El período de semidesintegración es característico de cada isótopo radiactivo, y dependiendo de ellos varía entre millonésimas de segundo y miles de millones de años.
* Isótopos: son átomos del mismo elemento (por ejemplo, el uranio), con mismo número atómico (número de protones en el núcleo), pero distinta masa atómica (suma de neutrones y protones en el núcleo).